martes, 11 de diciembre de 2007

"Cecilia G. de Guilarte, reporter de la CNT"

"Cecilia G. de Guilarte, reporter de la CNT"

Cecilia G. de Guilarte, nacida en Tolosa en 1915 en el seno de una familia obrera, es un referente de las letras vascas y la primera mujer corresponsal de guerra, ya no sólo del periodismo vasco, sino de toda la cornisa Cantábrica. Una pionera injustamente tratada por la historia que abrazó el anarquismo de un modo casi confesional y que cubrió para su periódico los frentes de Gipuzkoa, Bizkaia, Santander y Asturias entre 1936 y 1937.



En la páginas de CNT Norte Cecilia G. de Guilarte ofreció una visión de la guerra muy alejada de los tópicos que asignaban a la mujer periodista un rol de mera propagandista, reivindicando por derecho propio el lugar que le corresponde y que, haciendo bueno aquello de que nadie es profeta en su tierra, siempre se ha reservado para las periodistas extranjeras.

Compartiendo con los milicianos largas horas en los parapetos, sufriendo las penalidades de la guerra, Cecilia conoció de cerca la solidaridad que tanto hermana a los combatientes y ya no quiso privarse de su compañía; quizás porque, como dijo una vez, así “se sentía más periodista que nunca”. De este modo, persiguió la noticia allá donde estuviera, sin importarle el peligro que pudiese correr, ya fuese en medio de la batalla de Irún, en las calles de Bilbao durante los trágicos sucesos del 4 de enero de 1937, en las posiciones del batallón Isaac Puente en Cimadevilla o en la ofensiva del general Mola.

En sus crónicas vemos a una periodista de raza, apasionada, que escribe en primera persona sin miedo a la censura, huyendo de los convencionalismos para aportar al lector de su periódico la información que busca, siempre preocupada por el factor humano. Una mujer que se atrevió incluso a publicar un folletín por entregas que no tenía más pretensión que la de entretener a los milicianos. Así se fue fraguando la gran novelista que vendría después, en el exilio de México, cuando hubo que empezar de nuevo tras la derrota de 1939.

Este libro nos muestra a Cecilia a través de sus crónicas de guerra. Una joven periodista que se ofreció a contar lo que veía en el convencimiento de que esa sería su mejor aportación al esfuerzo bélico. Alguien que nunca perdió la fe en la victoria, ni siquiera en medio de la debacle.

Este libro, que tardará cerca de un mes en llegar a las librerías, es la 5ª Monografía de la serie dedicada a la Guerra Civil en Euskadi de la Asociación Sancho de Beurko, y estará presente en la feria del libro y disco vasco de Durango,

TABERNILLA, G. y LEZAMIZ, J. "Cecilia G. de Guilarte, reporter de la CNT", Bilbao, ediciones BETA III Milenio, 2007

No se trata de una biografía al uso, ya que es un período muy corto de su vida para abordar el estudio de sus crónicas de guerra de ese modo. De hecho, ella misma ocultó esa parte de su vida a sus propias hijas, así que la obra esta estructurada en base a sus artículos en cuatro capítulos -precedidos por un prólogo del periodista asturiano Xuan Cándano, autor de "El pacto de Santoña..."- uno de introducción, donde se glosa su biografía, la situación la mujer en la Guerra Civil, la situación de la prensa en el "Oasis Vasco" y la historia de los anarquistas vascos, desde el viaje de Fanelli tras la I Internacional. Un segundo capítulo dedicado a los anarquistas vascos y a la campaña de Gipuzkoa, seguido por los tres artículos que publicó para Frente Popular de San Sebastián. Un tercer capítulo, que lleva por título "El convulso enero de 1937", donde se analiza al detalle los hechos que desembocaron en el asalto a las cárceles de Bilbao y las consecuencias que tuvo en las relaciones entre el gabinete de José A. Aguirre y los anarquistas, seguido por otros dos artículos de le "reporter" publicados en "CNT Norte". Un tercero dedicado íntegramente a los batallones anarquistas, que sirve de introducción a la estupenda serie de artículos que Cecilia escribió sobre los batallones de la CNT por encargo de su periódico, y un cuarto que lleva por título "El canto de cisne del Ejército del Norte", donde glosamos el envío de las dos brigadas vascas a la ofensiva de Oviedo de febrero de 1937 y las andanzas de nuestra corresponsal, que recorrió todos los frentes de Asturias enviando para su periódico una extensa de artículos. Seguido de la ofensiva de Mola sobre Vizcaya, tras el cierre de CNT Norte, que llevó a Cecilia al paro forzoso, aunque siguió la estela de los disciplinarios por todo el frente vizcaíno. Para finalizar unos cuantos apéndices con artículos un tanto inconexos escritos durante la guerra, uno sobre Jesucristo en la Gran Vía bilbaína, en el que pone de relevancia su forma confesional de entender la militancia anarquista, otro sobre los talleres colectivos y la novela que escribió por entregas para entretenimiento de los milicianos.

Saludos cordiales y muchas gracias por vuestro interés,

Guillermo Tabernilla
Asociación Sancho de Beurko

lunes, 10 de diciembre de 2007

Documental sobre Felipe Sandoval. El verdugo anarquista.


La venganza fue uno de los ejes de su vida. La sombra más profunda de una derrota. Nacido pobre en el barrio de las Injurias de Madrid, de padre desconocido, fue albañil, ayuda de cámara en una noble familia de París, atracador, anarquista y delator. Felipe Sandoval, conocido como Doctor Muñiz, fue el verdugo revolucionario en los años de la Guerra Civil en Madrid. Dirigente de la temida checa anarquista, centro policial instalado en el Cinema Europa del barrio de Cuatro Caminos, ocupó portadas de los periódicos de la época. El honor de las injurias, largometraje documental dirigido por el pintor y escritor Carlos García Alix (León, 1957), rescata la figura de este hombre alto, famélico, de manos grandes, cortés, reservado, siempre vestido de gris o negro, que se convirtió en toda una leyenda al más puro estilo gansteril. A sus 52 años, Sandoval ya era un hombre envejecido y gravemente enfermo de tuberculosis. Detenido nada más acabar la Guerra Civil, se quitó la vida y nadie reclamó su cadáver. El 6 de julio de 1939 fue enterrado en una tumba de tercera del cementerio del Este, en Madrid. Había nacido el 26 de mayo de 1886 en el barrio de las Injurias. Madrid estaba de fiesta. Nueve días antes había nacido el heredero a la corona, que luego llegaría a reinar bajo el nombre de Alfonso XIII. El honor de las injurias se estrena el próximo martes en la Semana de Cine de Valladolid (Seminci), dentro de la sección Tiempo de Historia.



Repudiado por sus compañeros, le acusaron de traidor y canalla. No dejó que le juzgaran, fue el asesino de sí mismo

Organizó el asalto de la cárcel Modelo de Madrid, en 1936, que terminó en matanza de políticos de la derecha

Han sido años y años de obsesión, de investigación, de búsqueda de documentos y fotos en los archivos más importantes de España, y también en París y Amsterdam. En 1998, en el Archivo de la Causa General, cuando este organismo no era público, encontró García Alix la pieza clave de la investigación, el hilo conductor del filme: la confesión manuscrita de Felipe Sandoval, preso en la Brigada de la División de Investigación Política, en la calle de Almagro de Madrid, pocos días después de la derrota de los republicanos. "¡Felipe Sandoval!, ¡el Doctor Muñiz!, el más peligroso atracador y pistolero, un asesino y un gánster que muy pronto recibirá su merecido", exclaman triunfantes los policías que en la madrugada del 16 de junio de 1939 llegan al número 36 de la calle de Almagro con la conocida como "Expedición de los 101": los más buscados, los más odiados, dirigentes políticos y sindicales, diputados, gobernadores, alcaldes, periodistas... Entre ellos, Felipe Sandoval. Le obligaron a recordar quién era. Y lo hizo. A lo largo de 63 folios, el Doctor Muñiz relata su vida. "Los anarquistas somos la hostia, compañero. Sabemos retorcernos el corazón si hace falta para cumplir nuestro deber revolucionario. Lo que esos jovencitos comunistas que presumen de coraje no se atreven a hacer, aquí está el viejo Felipe, anarquista, dispuesto a hacerlo en bien de nuestros sagrados ideales. Aunque el corazón se me salga por la boca". Su confesión le costó la vida. Fue repudiado por sus compañeros, que le acusaron de traidor y canalla, y por la propia policía, que no se dio por satisfecha. No dio opción a los hombres que tenían que juzgarle. Él fue su propio juez y su verdugo, el asesino de sí mismo, relata García Alix en el documental.

La leyenda viene de atrás. De tiro fácil y decidido, Sandoval es el protagonista de un largo e interminable ajuste de cuentas. Ya en 1919, la tentativa de fuga de una prisión de Barcelona, en la que cumplía pena por un robo, acabó en una tremenda paliza que le desfiguró su rostro y le marcó de por vida. Metido de lleno en el activismo revolucionario anarquista, su primer golpe lo realiza en 1932, en el domicilio de Agapito Velasco, un abastecedor municipal al que acusa de quedarse con el dinero de los comedores de Asistencia Social. En compañía de otros tres hombres, le roban 35.000 pesetas. Toda la prensa se hace eco de la noticia y publica una vieja fotografía policial. Le presentan como el gánster del momento, el "enemigo público número uno". El Doctor Muñiz se hace popular entre los madrileños.

Como si de un verdadero Al Capone se tratara, el Doctor Muñiz, meses más tarde, al frente de un nuevo grupo, prepara su golpe maestro. En diez minutos, el 8 de abril de 1933, Sandoval atraca, al más puro estilo de Chicago, una oficina del Banco de Vizcaya, entre las calles de Fuencarral y Manuela Malasaña. En esta ocasión se llevaron 40.000 pesetas. A su siguiente víctima la escoge entre lo más selecto de la sociedad madrileña: Juan Pérez de Seoane, el conde de Riudoms, a quien asalta en la carretera de Burgos cuando el viejo monárquico huye en coche, con su familia y sus pertenencias, al exilio. Días más tarde, la Guardia Civil le detiene en la estación de Atocha. Preso en la cárcel de Colmenar, necesitó pocos meses para preparar de nuevo su fuga.

Sandoval fue el organizador del asalto y la quema de la cárcel Modelo de Madrid, el 22 de agosto de 1936, que terminó con la matanza de conocidos políticos de derechas y provocó un tremendo shock en la República. Al día siguiente se crearon los tribunales populares ("quiero hacer constar que no tiré un solo tiro en tan lamentable suceso, lo que juro ante Dios y ante los hombres que me tienen que juzgar", afirma Sandoval en su confesión).

El honor de las injurias, narrado por el propio García Alix y realizado como si de un collage se tratara, es una producción de Guillermo Salafranca, de la productora No Hay Penas. El honor de las injurias, realizado en un 80% con material de archivo, nace de una obsesión, la de García Alix, por un personaje de quien lo primero que supo fue su muerte en Nosotros los asesinos, un libro del periodista anarquista Eduardo de Guzmán. Decidió seguir su rastro. "Ir a los archivos es como ir de pesca. Hay que ir cada día. Echas la caña a ver si pican". Han sido años de luces y sombras. Y Madrid, al fondo como homenaje. Todavía recuerda García Alix cuando descubrió que Sandoval había estado tan unido al Cinema Europa, el cine de la calle de Bravo Murillo de Madrid donde él de pequeño se tragaba sesiones dobles, y que en los últimos años de la Guerra Civil se había convertido en una gran tribuna -"allí habló Unamuno, Pasionaria, José Antonio, los anarquistas"-. Y cuando supo que el último asesinato del Doctor Muñiz fue el de Ruiz Egea, el bibliotecario de la glorieta de Cuatro Caminos, de donde él todavía conserva su carné de 1974.

"No hay revolución sin verdugos. Poner el foco en el verdugo es la parte más fea y dolorosa. Sandoval fue un verdugo al servicio de la revolución. Hoy es muy difícil comprender el grado de violencia feroz que asolaba España. Mi lucha ha sido no caer en buenos y malos. Es una historia de venganza", explica este realizador, que confiesa su simpatía profunda por el anarquismo.

El anarquista argelino

Biografía del anarquista argelino Saïl Mohamed [en]
Date Sat, 19 Nov 2005 19:24:25 +0100 (CET)


Saïl Mohamed Ameriane ben Amerzaine se hizo miembro de la Union
Anarchiste (UA) tras la Primera Guerra Mundial. En 1923 fundó el Comité
para la Defensa de los Indígenas Argelinos. A fines de los años 20 creó la
Sección de Indígenas Argelinos de la CGT-SR. Tras la sublevación
franquista en España, Saïl se unió a la centuria Sebastián Faure, la
sección francófona de la Columna Durruti. Al empezar la Segunda Guerra
Mundial fue arrestado de nuevo e internado en un campo de concentración en
Riom. Desde 1944 trabajó con otros compañeros por la reconstrucción del
movimiento anarquista.

SAïL MOHAMED, 1894-1953: VIDA Y LUCHA DE UN ANARQUISTA ARGELINO

Saïl Mohamed Ameriane ben Amerzaine nació el 14 de octubre de 1894 en
Tarbeit-Beni-Ouglis, en la Cabilia argelina. Como muchos argelinos, apenas
fue a la escuela. Conductor-mecánico de oficio, durante toda su vida luchó
por forjarse una cultura. Procedente del Islam bereber, se convirtió en un
ateo convencido. Durante la Primera Guerra Mundial fue recluido por
insubordinación y deserción del Ejército francés. Ya estaba desarrollando
simpatías por el anarquismo.

Al finalizar la guerra, con la reconstrucción del movimiento anarquista,
se hizo miembro de la organización Union Anarchiste (UA). En 1923, junto a
su amigo Sliman Kiouane, un cantante, fundó el Comité para la Defensa de
los Indígenas Argelinos. En sus primeros artículos denunció la pobreza de
los colonizados y la explotación colonial. Se convirtió en un experto en
la situación del Norte de África. Organizó, junto a grupos anarquistas de
París, mítines, tanto en francés como en árabe, sobre la explotación de
los norteafricanos. Saïl organizó un grupo anarquista en Aulnay-sous-bois
y se convirtió en uno de sus militantes más efectivos.

En 1929 se convirtió en el secretario de un nuevo Comité, el de Defensa de
los Argelinos frente a la provocación del Centenario (el Estado francés
estaba preparando las celebraciones del centenario de la conquista de
Argelia el 5 de julio de 1830). Todas las tendencias del movimiento
anarquista: la UA, la organización anarcosindicalista Confederation
Generale du Travail syndicaliste-revolutionnaire (CGT-SR) y la Association
de Federalistes anarchistes (AFA) denunciaron ?el colonialismo asesino, la
sangrienta mascarada?. Sostuvieron el lema ?¿Civilización? ¿Progreso? Más
bien, ¡Asesinato!?

A continuación, Saïl se afilió a la CGT-SR, en la cual creó la Sección de
Indígenas Argelinos. El año siguiente, con motivo de la Exposición
Colonial de París, el movimiento anarquista reemprendió su campaña contra
el colonialismo. Saïl estuvo a la cabeza de la lucha.

En enero de 1932 se convirtió en director de "L'Eveil Social, le journal
du peuple" (?El despertar social, el periódico del pueblo?). A raíz de un
artículo antimilitarista fue juzgado por ?promover la desobediencia entre
los militares?. El Socorro Rojo Internacional, una organización satélite
del Partido Comunista, le dio su apoyo, que él rechazó en nombre de las
víctimas del estalinismo.

En 1934, el ?caso Saïl Mohamed? saltó a la palestra. La manifestación de
las asociaciones fascistas y antisemitas del 6 de febrero de 1934 desató
una reacción en cadena del movimiento obrero. Saïl se hizo con armas y las
escondió. El 3 de marzo fue detenido por ?posesión ilícita de armas?. El
movimiento obrero le dio su apoyo, a excepción del Partido Comunista, que
le denunció como agente provocador. Fue condenado a un mes de cárcel y
luego a otro más por ?tener armas de guerra?, acabó estando cuatro meses
entre rejas.

"L'Eveil Sociale" se fundió con "Terre Libre" ("Tierra Libre", el
periódico mensual de la Alianza Libre de los anarquistas del Midi, con
Paul Rousenq al frente). Saïl fue el responsable de la edición
norteafricana de "Terre Libre". Intentó impulsar un Grupo Anarquista de
Indígenas Argelinos, con varios llamamientos en la prensa libertaria. Al
mismo tiempo continuó estando activo en la Unión Anarquista.

Tras la sublevación franquista en España, Saïl se unió a la centuria
Sebastián Faure, la sección francófona de la Columna Durruti, en
septiembre de 1936 y fue elegido comandante de ella. Herido en una mano en
noviembre de 1936, regresó a Francia, tras haber enviado numerosas cartas
describiendo la situación del movimiento anarquista español.

Después que su mano se hubo curado, participó en numerosas actividades
organizadas por la Unión Anarquista en España. Inmediatamente tras esta
gira, participó en un mitin organizado por revolucionarios en París para
protestar por la prohibición del periódico "Etoile Nord Africaine"
(?Estrella Norteafricana?), editado por Messali Hadj, y contra la
represión de las manifestaciones en Túnez, que habían dejado 16 muertos.
De nuevo fue detenido por ?injurias al ejército? y condenado a 18 meses de
prisión en diciembre de 1938.

Al empezar la Segunda Guerra Mundial fue arrestado de nuevo e internado en
un campo de concentración en Riom. Su amplia biblioteca fue destruida tras
una incursión. Escapó de allí, se hizo con documentación falsa y estuvo en
la clandestinidad durante la Ocupación.

Desde 1944 trabajó con otros compañeros por la reconstrucción del
movimiento anarquista.. Con la Liberación [veteranos milicianos
anarquistas de la Revolución Española fueron las primeras tropas que
entraron en París] organizó de nuevo el grupo de Aulnay-sous-bois e
intentó refundar el Comité de Anarquistas Argelinos. En "Le Libertaire",
semanario de la Federación Anarquista [la organización heredera de la
Unión Anarquista] escribía una columna sobre la situación en Argelia.
Compuso una serie de artículos sobre ?El calvario de los indígenas
argelinos?.

Murió en abril de 1953. George Fontenis se encargó del responso en su
honor en nombre del movimiento anarquijavascript:void(0)sta durante su funeral, el 30 de
abril de 1953.

En inglés: http://www.ainfos.ca/en/ainfos17358.html

Traducido al castellano por Manu García para A-infos

domingo, 9 de diciembre de 2007

“CNT DEL NORTE”: DIARIO ANARQUISTA VASCO DURANTE LA GUERRA CIVIL.

“CNT DEL NORTE”: DIARIO ANARQUISTA VASCO DURANTE LA GUERRA CIVIL.

Trabajo de Carmelo Garitaonaindia, publicado en la revista “MUGA”, Nº 24, hacia 1982

Lunes 15 de noviembre de 2004, CNT Gipuzkoa
El 21 de noviembre de 1936 salía a la calle el primer número de “CNT del Norte”. En sus comienzos fue un periódico trisemanal, que se publicaba los martes, jueves y sábados. Sus seis primeros números, de escasa calidad, se tiraron en la imprenta de la Confederación. La redacción y la administración estaban en la calle Hurtado de Amezaga nº 6. Solicitaron una imprenta al Gobierno Provisional de Euskadi para la edición de “CNT del Norte”, pero no se la concedieron porque “no había ninguna disponible”, ya que todas las estaban utilizando los demás periódicos de reciente aparición. Se les dejó sin el menor amparo oficial “que quizás para otro hubiera sido prodigo” (1). Aprovechando la escasa tirada de “El Noticiero Bilbaíno”, unos quinientos ejemplares (2), contrataron la tirada de su periódico con los talleres de esta empresa que dirigía Alejandro Echevarría.

Informados los anarquistas vascos por el PSOE de la inmediata incautación de “El Noticiero Bilbaíno” prevista por el Gobierno Vasco, y su futura cesión al Partido Comunista de Euskadi, propusieron al señor Echevarría la compra de los talleres por el precio de un millón de pesetas. Dicha compra se formalizaba el 23 de febrero de 1937, si bien se incluyó una cláusula de nulidad en previsión de que la Delegación de hacienda dispusiera otra cosa. Esta cláusula de nulidad fue impuesta por la empresa de “El Noticiero Bilbaíno” que no quería un enfrentamiento directo con el Gobierno Vasco.

“CNT del Norte”, que se presentaba como el órgano de la Confederación Regional del Trabajo - AIT, se convirtió en diario a partir del nº 37 correspondiente al 16 de febrero de 1937, habiendo mejorado sensiblemente la calidad desde fechas anteriores. Mantuvo una línea crítica respecto al Gobierno Vasco; aunque sus criticas se mantuvieron en un tono moderado y correcto la mayoría de las veces. El diario anarquista censuró en primer lugar al Gobierno Vasco por la exclusión de la CNT del Ejecutivo Vasco. “¿Por qué en Euskadi no se admite, como en otras provincias y como en el Gobierno Central de Valencia, a la CNT?” se preguntaban los anarquistas vascos en un editorial del nº 25, correspondiente al 16 de enero de 1937. El día anterior habían escrito: “La Confederación Regional del Trabajo del Norte vuelve a exigir una intervención tan amplia como su potencialidad numérica y eficiente necesita”.

Otro tema de crítica fue la falta de ligazón de la lucha antifascista dirigida por el Gobierno Vasco con los objetivos de revolución social que ellos predicaban. Si bien este aspecto se trata en editoriales y artículos específicos, se recoge en otros muchos dedicados a la unidad sindical, a la política de unidad de mando, etc. (3). “El aplastamiento del fascismo lleva inherente la transformación total y absoluta del régimen de oprobio y estigma que hemos padecido y posibilita la instauración de uno más humano” (Editorial del nº 35).

La política de incautación del Gobierno Vasco - decían - ha sido “parcial y limitadísima, con lo que se ha pretendido dar la sensación de que las aspiraciones simuladas en el movimiento manumisor van haciéndose realidad, pero esto no basta” (Ed. nº 30). Compara esta política con la de colectivizaciones llevada a cabo en las regiones catalana, levantina y asturiana, para concluir que en Euskadi la lucha antifascista beneficia únicamente a “las grandes industrias, los comercios, el moloch del régimen capitalista, sigue con sus fauces abiertas, tragándose las energías del productor de retaguardia, que gime y protesta sordamente al comprobar que sus esfuerzos no benefician todavía al pueblo por quien nuestros hermanos luchan en el frente” (“Quienes se benefician con la lucha antifascista”, 28 - 1- 1937).

De trisemanario a diario

El periódico “CNT del Norte”, en su corta vida, del 21 de noviembre de 1936 al 16 de junio de 1937, tiró un total de ciento once números (4). Fue trisemanario hasta el 16 de febrero de 1937, fecha a partir de la cual se convierte en diario. En su primera época “CNT del Norte” constaba de seis páginas, pero a raíz de una orden del Consejero de Industria (18 - 12 - 1936) que obligaba a los periódicos que pasaban de seis hojas a que se realizasen con un máximo de cuatro, sin aumentar el formato, en función de la escasez de papel, se tiró con cuatro. Desde que se convierte en diario pasa a tirarse con seis hojas, con salvo dos números sueltos que se editaron en su paréntesis santanderino, que lo hará con cuatro, y tres números de su etapa posterior que lo hará con ocho. El precio, aumentara o disminuyera el número de páginas, se mantuvo en 15 céntimos. La suscripción anual para Bilbao costaba 36 pesetas, y 42 para otras poblaciones.

En su etapa de trisemanario la cabecera tenía los caracteres en cursiva en muchos adornos. Decía “CNT del Norte”, órgano de la Confederación Regional del Trabajo - AIT. En un recuadro de la izquierda se recogía la dirección de la Redacción y de la Administración, y el recuadro del lado derecho lo reservaba para consignas y propaganda anarquista, que variaba aproximadamente cada dos números. La cabecera se reproduce con un tipo de letra más pequeño en la última página, reservando los dos recuadros para eslóganes anarquistas: “Si hay amos, habrá esclavos; si hay propietarios, habrá miserables, y si hay ricos, habrá pobres. La revolución abolirá los amos, los ricos y los propietarios”. (12 y 13 enero de 1937). Cuando se hace diario cambia el tipo de letra de la cabecera; ahora es redondilla y sin adornos, aunque conserva el mismo texto. A partir de la última quincena de febrero se suprimen los recuadros de la primera y de la última página. El 23 de mayo de 1937, “CNT del Norte” aparece con otra cabecera, un modelo más pequeño y en cursiva, que se reproduce también en la última página.

La primera página del periódico anarquista estaba dedicada a la información de actualidad e incluía un editorial, que fue realizado siempre por Valle, según las orientaciones del Consejo Regional de la CNT, salvo en una ocasión que lo realizó Fuello. La segunda página se dedicaba a información nacional y la última a noticias internacionales. El resto de las páginas se dedicaba a información nacional y la última a noticias internacionales. El resto de las páginas se cubrían con información local, avisos, comunicados y partes de guerra. Una sección casi diaria fue “Latigazos”, firmada por “Tiberio Graco”. Entre las firmas más habituales estaban Ramón Aceba, Solano Palacios, Juan Expósito, Lukazaga (seudónimo de uno de los hermanos Lucarini), Castellanos, etc. Su director fue Manuel Chiapuso.

“CNT del Norte” y la censura

El Gabinete de Prensa del Gobierno Provisional Vasco, encargado de las labores de censura en Euskadi, otorgaba especial “preferencia” al periódico anarquista “CNT del Norte”, que se autoproclamaba como el “vocero genuino del proletariado vasco”. En un editorial que llevaba por título “Periódicos de empresa y periódicos de clase” (nº 46) se quejaban de que los censores mutilasen sus artículos, “que las más de las veces han tratado de orden doctrinario y cuando más, de orientación y prevención de la retaguardia”. Ciertamente, la censura gubernamental fue pertinaz con este periódico. Fueron mutilados total o parcialmente los editoriales de los números 17, 20, 22, 23, 31, 63, 65, 73, 81 e infinidad de artículos en todos ellos. Los veinte números comprendidos entre el nº 17 y el nº 36 sufrieron la censura de al menos un artículo, llegándose al extremo con el nº 25 que fue censurado en seis artículos.

Los denuestos del diario anarquista contra la censura del Gobierno Vasco fueron constantes. “Hay en esta nave - escribían - quienes llevan el timón y la manejan imponiendo sus decisiones y sin admitir injerencias de quien tiene perfectísimo derecho a hacer oír su voz y manifestar su criterio, hoy en abierta pugna con los que han trazado la “carta de derrota del viaje emprendido”. Reclaman su derecho a expresarse como una parte de la opinión pública, “como parte integrante de la población civil y en armas”, y su derecho a criticar, incluso la labor legislativa, en la cual han visto “muy poco de avance social y mucho de consagración de lo que hay que extirpar”. Aunque dicen realizar una crítica “benevolente”, que ha llegado “al máximum de tibieza por imperativos de la guerra”, la censura cae una y otra vez sobre ellos. Sus dificultades con la censura son tales que incluso apuntan la posibilidad de pasar a la clandestinidad como épocas anteriores: “Lamentaríamos, aunque no nos asusta por estar ya familiarizados, recurrir a la clandestinidad, pero sépanlo: de nuestras normas, no habrá quien nos separe ni un ápice” (“En la brecha”, 7 - 1- 1937).

Los editoriales de “CNT del Norte” en los que se arremete contra la censura son bastantes frecuentes. Citaremos algunos párrafos entresacados a título de ejemplo. “Nuevamente y con despiadada saña fue mutilado nuestro editorial del pasado número; las huellas indelebles del fementido lápiz rojo quedaron grabadas en los surcos de nuestra prosa henchida de honradez y sinceridad” (“Coces contra el aguijón”, 2 - 2 - 1937). “Hemos visto con dolor cómo nuestros artículos, escritos con la única intención de exponer nuestra opinión con relación a los problemas planteados, sugiriendo soluciones, que podrán ser o no acertadas, mordidas por el lápiz rojo” (“Por los fueros de la verdad y la justicia”, 26 - 2 - 1937).

La incautación de los talleres de “CNT del Norte” por el Gobierno Vasco

En marzo de 1937, el Departamento de Hacienda del Gobierno Vasco comunicaba a la CNT que los periódicos “La Gaceta del Norte”, “El Nervión” y “El Noticiero Bilbaíno” iban a ser suspendidos y en sus imprentas se editarían los periódicos que no tenían. En concreto, los talleres de “El Noticiero Bilbaíno”, donde se tiraba “CNT del Norte”, eran cedidos al Partido Comunista para la edición de “Euskadi Roja”. A “CNT del Norte” se le adjudicaban los talleres de “El Nervión”, anulando así la compra que habían hecho los anarquistas a Alejandro Echevarría. Esta incautación es la causa de que “CNT del Norte” dejara de editarse desde el 23 de marzo al 29 de abril de 1937, fecha en la que reanuda su edición tirándose en los talleres de “El Nervión”. La CNT interpretó este hecho como un intento del Gobierno Vasco de mejorar la posición de “un sector determinado (se refiere al PC de Euskadi) en detrimento y con notable perjuicio de otro”, caracterizado por su “antifascismo y desprecio absoluto a todas las situaciones de privilegio” (“Contra toda ley”, 8 - 4 - 1937).

En este intervalo, el periódico “CNT del Norte” se traslada a Santander. La redacción provisional se instala en la Calle Concordia nº 15 de aquella capital hasta finales de abril, que vuelve a Bilbao a la calle Ronda nº 32. En su periplo santanderino el periódico anarquista sólo se editó en dos ocasiones: el 8 y el 14 de Abril de 1937, fechas correspondientes a los números 69 y 70, si bien por error tipográfico el nº 69 aparece con el nº 60.

Línea del periódico

“CNT del Norte” tuvo dos etapas bastante diferenciadas. Por una parte, un periódico ideológico que abarcó desde la fecha de su aparición hasta la primera semana de mayo de 1937, en el que el diario anarquista se dedicó fundamentalmente a una exposición de su política. Por otra, un período de agitación propagandística, en el que trató de movilizar a los ciudadanos vizcaínos contra el Ejército rebelde que se encontraba a las puertas de Bilbao.

Durante el período ideológico, la línea editorial se centró casi exclusivamente en seis temas: la exclusión de la CNT del Gobierno Vasco, siendo una fuerza social, sindical y militar importante; la necesidad de unión de todas las fuerzas sindicales, Solidaridad de Trabajadores Vascos, Unión General de Trabajadores y la Confederación, si bien tras el acuerdo de unidad, a nivel nacional, entre el sindicato socialista y anarquista, el 1 de mayo de 1937, se centrará más en la unión con UGT, aunque no olvide la tercera fuerza sindical; la indisolubilidad de la lucha antifascista con las transformaciones sociales económicas; la comparación entre la colectivización de los medios de producción en otras regiones y la supervivencia en Euskadi del modelo económico anterior a la guerra civil; la lucha contra la burocracia, la corrupción y toda forma de amoralidad; la necesidad de mando único para ganar la guerra; y por último, la desconfianza y crítica a la Sociedad de Naciones y al Comité de No Intervención sobre las medidas que tomaban respecto a la guerra civil española, haciendo una llamada en contrapartida al verdadero internacionalismo proletario.

El período propagandístico se abre aproximadamente en mayo de 1937 y durará hasta que se sobrepase la crisis del Gobierno Central. En este período se editorializa poco o nada, y aparecen, por el contrario, los grandes titulares de primera plana que tratan de convertir a “CNT del Norte” en un agitador colectivo. He aquí algunos de ellos: “Bilbao como Madrid. Inexpugnable” (nº 73), “Para vencer esta consigna. Ni un paso atrás” (nº 75), “Acabará la guerra en cuanto hagamos fracasar del todo la ofensiva facciosa contra el pueblo vasco” (nº 76), “Euzkadi es invencible” (nº 77), “Todo para ganar la guerra y ser libres” (nº 78), “Bilbao entero en pie de guerra” (nº 80), “Si sabemos defender Euzkadi... no pasarán” (nº 80), “En pie hasta el fin” (nº84). A partir del nº 89, correspondiente al 21 de mayo de 1937, desaparecen los grandes titulares de agitación, aunque vuelven en algún número suelto (nº 89, 91 y 102). Los dos últimos números de “CNT del Norte” , anteriores a la caída de Bilbao, recogen nuevamente dos titulares: “¡ Bilbao no debe ser del fascismo! ¡ En nosotros está el evitarlo! Evitémoslo, si no queremos sucumbir” (nº 110) y “Así se defiende Bilbao. ¡ Viva Bilbao antifascista y liberal” (nº 111).

La crisis del Gobierno Central, y la formación de uno nuevo presidido por Negrín, en el que no van a participar los largocaballeristas y cenestistas, modificará los aires propagandísticos del diario “CNT del Norte”. A partir de ese momento se priorizará por un tiempo la llamada a la unidad obrera, fundamentada sobre todo en la declaración suscrita, el 1 de mayo de 1937, por el Comité Nacional de la CNT y la Comisión Ejecutiva de la UGT en la que se incitaba a “estrechar relaciones de cordialidad hasta conseguir la unidad sindical del proletariado”. Esta política de unidad obrera se hace especialmente insistente. “No cejaremos en nuestra campaña; no cejaremos, no, hasta que la veamos convertida en realidad. Puede tachársenos de machacones, pero nosotros seguiremos la recta emprendida de unificación proletaria” (“Unión, Unión”, nº 88). Esta unidad significaría también la dirección de la guerra bajo unos interés acordes con los de las clases trabajadoras. “ La UGT, SOV y CNT, son los puntales que consolidarán el triunfo. ¡CNT, UGT, SOV, a unirse, a cumplir con el deber que la hora impone! ¡ Unión, Unión, Unión, que equivale a Victoria, Victoria y Victoria! (nº 82, 13 - 5 - 1937).

En este periodo de efervescencia propagandística sobreviven algunos temas de la etapa anterior y se tocan otros nuevos, pero su peso específico es escaso. Quizás habría que destacar de entre ellos el relativo a la defensa del sindicato anarquista y a la contestación de las críticas que se le hacían tras la formación del Gobierno Negrín. Es posible que la necesidad de marcar sus diferencias ideológicas con los demás partidos políticos y sindicatos, así como sus orientaciones políticas, sea la causa de que nuevamente, a partir del nº 91, reanuden los recuadros propagandísticos con un acusado carácter colectivista y anticapitalista. El 16 de junio de 1937, poco antes de que entrarán las tropas franquistas en Bilbao, salía el último número de “CNT del Norte”.

(1) Editorial del nº 48, correspondiente al 27 de febrero de 1937.

(2) El Gobierno Vasco obligaba a la empresa editora de “El Noticiero Bilbaíno” a que sacará el periódico para dar una imagen de liberalismo y pluralidad informativa en el País Vasco. De hecho, se tiraban unos quinientos ejemplares, se vendían muchos menos y su balance era altamente deficitario.

(3) “Horizontes claros”, nº 33: “Los sindicatos, base de la futura sociedad”, nº 34: “Vivamos de realidades”, nº 35, etc.

(4) Aunque aparecieron ciento once números de “CNT del Norte”, la numeración tiene saltos y repeticiones. El nº 26 no salió, apareciendo dos nº 28 para corregir la numeración. La repetición del nº 36 hace que se salte el nº 39. Igual sucede con el nº 40, que salió dos veces, suprimiéndose el nº 51. Los números 69 y 104 tampoco existen, ya que salieron con números anteriores, y el último, además, con fecha equivocada.

sábado, 8 de diciembre de 2007

La historia del esperanto en el País Vasco peninsular

La historia del esperanto en el País Vasco peninsular

Rafael Blanco Arbe
Jatorrizko bertsioa euskaraz

Al dar comienzo a este artículo sobre el esperanto, en primer lugar debo advertir que voy a circunscribirme al País Vasco peninsular, por haberme resultado imposible obtener datos sobre la realidad de la otra vertiente de los Pirineos.

Este artificial lenguaje internacional llamado esperanto fue ideado y creado en Varsovia, en el año 1887, por el médico Lazaro Ludoviko Zammenhof, y no tardó en extenderse entre los distintos círculos sociales, ideológicos y religiosos de toda Europa, principalmente en Polonia, Rusia, Alemania y Suecia.

Así las cosas, no es de extrañar que en el año 1905 se fundara en Sestao, en un ámbito eminentemente obrero, la sociedad esperantista “Fido, scienco kaj tradicio”, presidida por Florencio Eskibela.

Tras esta pionera entidad se crearon sucesivamente otras asociaciones más; en 1906 en Bilbao, Portugalete y San Sebastián, y cuatro años más tarde, en 1910, en Pamplona (Grupo Esperantista de Pamplona), en la calle San Nicolás. A señalar que en el año 1909 empezó a editarse, en Bilbao, la revista “Nova Sento”.
Argazkia
Grupo Esperantista de Pamplona, 1912.

Durante sus primeros años de expansión, el esperanto fue aumentando el número de adeptos vascos de una manera espectacular. Según lo indicado en el anuario de los Esperantistas de España de 1911, aquel año había en Bilbao cerca de 300 esperantistas, y aproximadamente un centenar en San Sebastián. Claro que los esperantistas no sólo se concentraban en las grandes urbes, sino también en ciudades menos pobladas (Algorta, Tafalla, Santurtzi, Tolosa, etc.) y en pequeñas villas (Leza, Beizama, Arrona o Caseda, entre otros). Entre los esperantistas, además, había personas de renombre, como por ejemplo José Félix Lequerica e Isaak López-Mendizabal.

Los años del intervalo entre las dos guerras mundiales fueron muy fructíferas para el movimiento esperantista, tanto mundial como vasco, tanto es así que en 1924 tuvieron lugar en Bilbao el 2º Congreso Ibérico del Esperanto y el 4º de España. En 1935, por su parte, Teodoro Elizondo tradujo al euskera el manual "Esperanto-Slosilo", donde además del diccionario de rigor se recogen las dieciséis normas básicas del esperanto y consejos para su correcta pronunciación.

La guerra civil española y la segunda Guerra Mundial decretaron la prohibición y la persecución del esperanto y de los esperantistas. Al igual que lo hicieran Hitler y Stalin, Franco impuso durante varios años una severa interdicción. El esperantista bilbaíno Eduardo Larruy recuerda perfectamente de aquellos años, e incluso una ocasión en que los franquistas tiraron a la basura la estrella de cinco puntas que presidía la sede esperantista -también cómo la recuperaron-. Fue una dura época para la supervivencia del esperanto, y también para otros múltiples ámbitos.

En la década de los 50, aprovechando las pequeñas ranuras que el franquismo dejaba abiertas, el esperantismo, paulatinamente, empezó a recobrar sus fuerzas: en la sede de Barrenkale de Bilbao volvieron a retomar las clases, y en Vitoria/Gasteiz se fundó la Federación Esperantista de Álava, donde, en palabras del señor Daubagna, en determinadas ocasiones se presentaba a clase algún que otro inspector de policía, y no con la intención de aprender gramática, precisamente.

El esperanto tuvo su apogeo en Gipuzkoa en la década de los 60, cuando Eibar y Ordizia organizaban cursos de aprendizaje y su conocimiento se extendía entre los círculos laborales. De hecho, en el año 1964 Ordizia fue escenario de un congreso sobre el esperanto, en el que se dieron cita esperantistas procedentes de diversos territorios.

En Bilbao, por su parte, el lenguaje internacional prosperaba a pasos gigantes. Juan de Juanes publicó el manual Método Bilbao, un libro didáctico que fue varias veces reeditado y que se convirtió en el predilecto de muchos estudiantes. En esta misma época, además, Gabriel Aresti dedicó a un allegado suyo el poema “Fido kaj Espero”, titulado en esperanto pero redactado en euskera. Que nosotros sepamos, Aresti, aunque políglota, no sabía esperanto, pero, en cualquier caso, conocía a muchos esperantistas.

En la década de los 70 sucedió una cosa muy curiosa, cuando el italiano Renato Corsetti, actual director de la asociación Universala Esperanto Asocio, decidió traducir la letra de varias canciones vascas al esperanto. Lo hizo valiéndose del castellano, porque él no sabía euskera. Pues bien, resulta que la cantante Marcela grabó un disco en el que incluía, junto con otros cantos de Cataluña y Galicia, las canciones vascas en cuestión. Así, gracias a esta producción, canciones como el "Txoria-txori" de Laboa y Artze son hoy muy conocidas entre los esperantistas: “Se giaj flugiloj mi tondus for, gi flugi ne povus plu...”.

En el año 1987, un grupo de jóvenes vitorianos que a mediados de los años 80 se propuso aprender este lenguaje internacional, fundó la asociación "Alava Esperanto Asocio" con sede en la calle Zapatería, donde organizaban múltiples actividades (conferencias, una pequeña biblioteca, cursos, preparación de viajes, etc.). Aquel mismo año, además, comenzaron a editar el periódico "Kvodlibeto". Por otra parte, en 1990, los esperantistas de Pamplona fundaron la Asociación Esperantista de Navarra.

Tanto los finales de la década de los 80 como los principios de los 90 fueron muy importantes en lo que a las publicaciones periódicas se refiere. En el año 1989 se fundó la asociación "Eusko Esperanto Asocio", y, con ella, la revista "Kuspe", que si bien en un primer momento se editaba en esperanto y en euskera, con el tiempo pasó a publicarse sólo en esperanto. Con el objeto de informar sobre distintos aspectos del esperanto, por otra parte, durante varios años se publicó en castellano y en euskera la edición "Internacia Lingvo", y, bajo la finalidad de presentar la cultura vasca a los esperantistas, "Euska Kverko", escrita íntegramente en esperanto y distribuida, principalmente, en los países de Europa.

Tampoco en lo que respecta a los libros el desarrollo ha sido nada desdeñable. En el año 1990, el escritor Aitor Arana publicó "Esperantoa Ikasgai", la primera obra didáctica sobre el lenguaje internacional dirigida a los euskaldunes, tras el manual Esperanto-Slosilo. Pero no fue ésa la única aportación del autor legazpiarra, ya que tomó la decisión de traducir en ambos sentidos. Así es como se vio traducida al esperanto la obra “Behi euskaldun baten memoriak” de Bernardo Atxaga (“Memorajoj de euska bovino”), y se editó un clásico de la literatura esperantista, como es “Vivo de Bervala sentaugulo”, del francés Louis de Beaucaire, en euskera (“Bervalen gertatuak”).

En el año 1999, el grupo "Alava Esperanto Asocio" publicó una sencilla pero hermosa obra colectiva de Istvan Ertl, Inaxio Lopez de Arana, J. M. Sarasua y J. M. Fernandez, que formaba parte de la colección “Omage al Ignacio Aldecoa”. En ella se recogen dos cuentos del citado escritor vitoriano traducidos tanto al esperanto como al euskera. Por otra parte, en el año 2001, la editorial brasileña Fonto publicó la obra “Haur besoetakoa” ("La Baptofilino") de Jon Mirande, traducida por Jose Mari Sarasua.

Al día de hoy, en varias ciudades del País Vasco, se imparten clases de esperanto, como por ejemplo en Vitoria/Gasteiz, Bilbao, Alsasua o Pamplona. A destacar, por otra parte, que en el año 2001 la Universidad del País Vasco organizó en Bilbao un curso oficial sobre esta lengua.

Del mismo modo, no podemos dejar sin mencionar las jornadas y encuentros que a lo largo de estos últimos años se han venido organizando en nuestro entorno; por ejemplo, los Congresos de Esperanto de España celebrados en 1989 en Bilbao y en Vitoria/Gasteiz, los encuentros juveniles de esperantistas españoles de HEJS Renkontigo de 1989, y el Seminario de esperantistas juveniles de Europa, TEJO-KER, de 1999, que versó sobre los Derechos Humanos.

Pero la narración del desarrollo del esperanto no acaba aquí. De hecho, en el mes de agosto Bilbao acogerá el Congreso Europeo del Esperanto, para el cual ya se han inscrito cerca de 150 esperantistas. Y, aunque no somos capaces de adivinar qué nos depara el futuro, lo que sí podemos asegurar es que cada vez falta menos para nuestra próxima cita, y que constituirá una magnífica ocasión para disfrutar de la cultura esperantista.

La CNT de Euzkadi ante la guerra

Al iniciarse el alzamiento en Guipúzcoa, la CNT se contó entre las organizaciones que se enfrentaron desde el primer momento al mismo. Los sublevados fueron derrotados en San Sebastián y los Cuarteles de Loyola, jugando los anarquistas un papel relevante en los acontecimientos merced a la resistencia hecha en el barrio de Amara, donde en la calle Larramendi estaban los Sindicatos de la CNT, contra las tropas rebeldes procedentes de los cuarteles de Loyola, así como en los combates para conquistar los edificios donde los sublevados se hicieron fuertes (Hotel María Cristina, Gran Casino, etc.). De hecho, el arsenal de armamento presente en los citados cuarteles cayó en gran parte en manos de los ácratas, y aunque esto ha motivado grandes críticas contra la organización confederal y la FAI, resulta indiscutible que las Milicias Antifascistas de la CNT jugaron en la provincia un papel de primer orden contra el avance de las columnas rebeldes procedentes de Navarra. La caída de Irún el 5 de septiembre, y la posterior de San Sebastián el día 13, colapsaron la resistencia de unas milicias guipuzcoanas incapaces ya de frenar la acumulación de medios y efectivos puestos en juego por el adversario. La retirada por la mitad occidental de la provincia fue rápida, y no se detuvo hasta la llegada a la divisoria con Vizcaya, en la que se pudo resistir gracias a que los nutridos contingentes de milicianos vizcaínos contaban con armamento abundante llegado pocos días antes por vía marítima. Van a aparecer en septiembre los primeros batallones del Cuerpo Vasco, y entre ellos habrá varios anarquistas, en los que serian acoplado los grupos milicianos procedentes de Guipúzcoa.

¿Cómo controló sus Milicias el anarquismo en suelo vasco? La respuesta es doble, y se refiere a dos niveles, el militar y el político. A nivel militar los ácratas crearon un Comité Militar propio, con sede en el Cuartel de Milicias Antifascistas que la organización tenía en el barrio de La Casilla, en Bilbao, Dicho Comité lo presidía Primitivo Rodríguez, y perduraría hasta febrero de 1937, momento en que le sustituyó la Comandancia General de Milicias de la CNT. La misión de esta Comandancia era la de dirigir las Milicias, facilitando la aplicación de lo decretado por la Consejería de Defensa del Gobierno Vasco y por el Alto Mando del Ejército Republicano del Norte, Era pues el "filtro" de las Milicias anarquistas que en realidad
impedía el control total de los batallones por el Gobierno Vasco y las autoridades militares regulares. La Comandancia la encabezó el citado Rodríguez, junto a Carmelo Domenech, que dirigía la asesoría técnico-militar de la misma, A nivel político, la CNT creó, el 25 de octubre de 1936, en el seno del Comité Regional del Norte una Comisión de Guerra presidída por el guipuzcoano José Labarr.i

Durante la guerra, la FAI, junto a la CNT y a las Juventudes Libertarias, (JJ.LL.), firmó los llamamientos a afiliados y simpatizantes del anarquismo para inscribirse en el Cuartel de Milicias Antifascistas de la CNT de La Casilla, en Bilbao, con el fin de engrosar los batallones que los ácratas formaron en el País Vasco, Esto indica la participación de la FAI en el Comité Militar que dirigió dichas Milicias, De hecho, la prensa ácrata subrayó el papel de la FAI en la constitución de sus milicias con frases como: "la CNT, la FAI, y las JJ. LL. enlazadas en un apretado haz, constituyeron en Euzkadi las Milicias Antifascistas de la CNT", y los artículos periodísticos pidiendo a la CNT de Euzkadi "acción directa y no burocrática" son otra muestra evidente de la presencia faísta.

En enero de 1937, en Bilbao, funcionaba el titulado Comité Comarcal de la FAI. Y este, a través de su Secretaría, controlaba al menos a 11 grupos de la FAI. Más tarde, en mayo, la FAI del País Vasco, desde su domicilio social provisional en Bilbao, en el nº 2 de la calle Arenal, gestionó las evacuaciones al extranjero de las familias de los militantes ácratas, ese mismo mes contó con dos delegados en el Congreso Inter-Regional de las JJ,LL. del Norte de España, celebrado en Santander entre los días 21 y 23, En definitiva, el carácter secreto que rodeó las actividades faístas impide el conocimiento exacto de sus actividades, especialmente las reuniones de sus dirigentes, pero es evidente que tuvo una labor destaca da en la dirección político-militar, y sindical, del anarquismo vasco.

LOS BATALLONES CONFEDERALES
La aportación anarquista a la defensa de Euzkadi se cifró en 7 batallones de infantería y 1 de ingenieros. De todos modos las unidades de primera línea se redujeron a 6, ya que uno de los batallones de infantería, el nº 65 "Internacional", acabó convirtiéndose en batallón de "Reserva" para convalecientes y reemplazos destinados a nutrir las unidades de combate. Como hemos apuntado antes, el proceso de formación de los batallones anarquistas se inició en septiembre, algo que es extensible al resto de las fuerzas milicianas surgidas en la Euzkadi del 36. Los batallones cenetistas creados en ese mes fueron los números 12 a 42 de la CNT, es decir los "Bakunin", "Malatesta", "Isaac Puente", y "Sacco Vanzetti". A finales de año aparecían los nº 5 y 6, "Durruti" y "Celta", y el1º de Ingenieros "Manuel Andrés", y poco después, iniciado enero, el 7º de CNT, "Internacional" o de "Reserva".

Los Batallones en Campaña: 1936
Apenas constituidos los batallones se vieron involucrados en el bombardeo aéreo del 25 de septiembre de 1936, día en que la aviación rebelde atacó varios cuarteles de Bilbao, incluido el de La Casilla de la CNT, en el que causó varias víctimas. EI 10 de noviembre salía el "Malatesta" hacia Asturias, siguiendo el camino de otras fuerzas izquierdistas desplazadas allí el mes anterior. En Asturias la intensidad de los combates había descendido, y esto ayudó a que el 'Malatesta" tuviera escasas bajas, a pesar de su meritoria actuación por el Escamplero, en las aldeas de Prieñes y Rañeces, y en las llamadas Lomas de la Derecha, participando en la reconquista de estas últimas. Para consolidar las posiciones hacían falta quince mil sacos para construir los parapetos, y ante la carencia, -en Asturias-, de los mismos y de ropa de abrigo para la unidad, el comandante Escauriaza se desplazó a Bilbao, donde consiguió lo necesario gracias a la diligencia del Secretario General de Defensa Rezola. El 27 de noviembre el "Malatesta" participó en la toma de Valduno, y tras unos día! de posición, regresaba a Bilbao el15 de diciembre, 37 días después de su partida. A principios de enero 9 hombres permanecían heridos, y otros 21 enfermos.

En diciembre tres de los batallones de la CNT actuaron en la ofensiva sobre Villarreal los "Isaac Puente", "Sacco Vanzetti", y "Bakunin". El primero de ellos sería conocido después como batallón nº 11 de Euzkadi, siendo como apuntamos el 32 de la CNT "Isaac Puente". Formado en septiembre de 1936 en el cuartel de La Casilla, sus efectivos incluía vizcaínos, -en las compañías primera, tercera y de ametralladoras, sobre todo-, y Guipuzcoanos, que eran mayoritarios en las compañías segunda y cuarta. También contaba con algunos alaveses. Sus mandos eran veteranos de las luchas precedentes en Guipúzcoa, como capitán Pérez Cuesta, que estaba en las Milicias desde el 4 de agosto y llegó a Guipúzcoa como Jefe de Grupo, donde participó en los combates hasta resultar herido el 23 de septiembre en Iciar (Deva). Cinco días antes había sido confirmado como capitán, cargo con que venía actuando, por la Comandancia de Milicias de la CNT. El 26 de noviembre pasó al 3º de la CNT32.

La entrada en fuego del "Isaac Puente" se produjo en el Albertia. En el llamado pinar de Chavalopea, conquistado la noche anterior, quedó el batallón el uno de diciembre, observando el tráfico de los refuerzos enemigos procedentes de Vitoria. Al amanecer del día 2 se inició el bombardeo Y los sucesivos asaltos enemigos. La defensa de la posición, junto al1º de ANV, es heroica. Mata, comandante militar de la unidad fue felicitado por el Jefe del E.M."como premio a su valiente dirección ". Sin embargo, la derrota sufrida fue terrible, pues el batallón sufrió más de 200 bajas, incluido un centenar de muertos, muchos de ellos fusilados tras su captura por el enemigo. Retirado momentáneamente del frente, el 12 de diciembre participó de nuevo en los renovados ataques sobre la línea enemiga, consiguiendo tomar una posición, pasando después a descansar unos días. El 15 se ordenaba la presentación del batallón en el cuartel, pero no cabe duda que los intensos combates precedentes, y las terribles bajas encajadas incidieron en la mentalidad miliciana, -ya fuese por la baja moral de unos, como por el deseo de prolongar el descanso por otros-. Esto motivo la orden de presentación de los miembros del batallón el día 17, en que se apuntaba que" de no hacerla, serán juzgados de acuerdo con las leyes del Código Militar vigente "

El "Sacco y Vanzetti" también participó en los combates librados en las cercanías de Villarreal, aunque no se enfrentó a la guarnición de dicha localidad, sino a las más numerosas fuerzas enemigas situadas al oeste de la misma. Entre sus combatientes, a la hora de su constitución, destacaban los veteranos de los combates por San Sebastián, en julio, y por Irún, en agosto y primeros días de septiembre de 1936. Una de sus compañías era, al parecer, la denominada Segunda Compañía de San Sebastián. Después de la retirada por Guipúzcoa, y la definitiva organización del batallón que a principios de Diciembre pasaba a operar, durante la ofensiva vasca sobre Vitoria, en territorio alavés, actuó intensamente los días 3 y 5 en Cestafe y Nafarrate y sus bajas en combate durante la citada ofensiva se acercaron a las 150 en total, destacando entre sus caídos el capitán tolosarra Pablo Sanz. Este se había distinguido con anterioridad en el frente de Beasain, donde junto con 7 compañeros hizo prisioneros a 23 requetés en las cercanías de Lazcano, y en los últimos momentos de la resistencia en Tolosa consiguió el traslado a zona leal de todo el dinero de las sucursales bancarias sitas allí. Cayó el 3 de diciembre. En enero la primera compañía decidía como homenaje tomar su nombre.

El "Bakunin" operó en diciembre por la zona de Orduña. Formado en base a los grupos de milicianos anarquistas que en los primeros días, junto a fuerzas de otra significación político-sindical, se posicionaron en la zona de Amurrio-Orduña, dando frente a las fuerzas rivales que patrullaban en las lindes de Burgos Y Alava. Las acciones iniciales fueron escasas, y durante meses se limitaron a esporádicos tiroteos, normalmente incruentos, entre avanzadas adversarias. Destacado en Amurrio, el batallón ocupaba 11 posiciones aisladas conocidas por su numeración. Dos compañías estaban permanentemente destacadas en primera línea especialmente en las posiciones nº 5, y 11, que eran las más avanzadas, mientras las otras dos permanecían en descanso. Los papeles se intercambiaban cada semana, asignándose a las compañías todas las variables posibles con el fin de que se familiarizasen con el terreno comprendido entre Respaldiza Y Barambio.

A partir del 5 de diciembre el "Bakunin" intervino en la gran ofensiva de ese mes sobre el frente alavés, atacando el monte San Pedro, al este de Orduña y al sur de Amurrio, con eficaz apoyo de la sección de ametralladoras y morteros del "Leandro Carro". El comandante Olmos mandaba la unidad, bajo el mando directo del jefe del sector, un capitán profesional: Nogueral. La punta de lanza del ataque fueron la segunda y tercera compañías e "Bakunin". Al mediodía la bandera roji-negra del Batallón 1º "Bakunin", Y la roja del "Leando Carro" ondeaban en lo alto del monte de San Pedro. Las bajas fueron pocas, aunque en ellas se encontró el capitán Nogueral, muerto al acercarse a las avanzadas para ver el desarrollo de la operación. Con la operación del monte San Pedro quedaban protegidas Artomaña Y Aloria, y directamente amenazada la localidad de Izarra, ocupada por los enemigos y a cinco kilómetros de las posiciones conquistadas por el "Bakunin".

En los días siguientes este avance se complementó con el realizado el día 7, desde Barambio, por el 3º de la UGT, y con la defensa de la nueva línea frente a las crecientes reacciones enemigas, en que destacó el batallón anarquista que" repele agresivamente el loco intento de los rebeldes”.
Las bajas fueron pocas, Y en lo que restaba de mes el frío hizo tanto daño como los Combates precedentes. A principios de enero un total de 77 hombres del 1º CNT estaban hospitalizados o de baja por heridas o enfermedad36.

Los Batallones en Campaña: 1937
Iniciado el año 1937, el batallón "Celta" o 6º de la CNT estaba desde finales de 1936 el monte Kalamua, en la zona de Marquina. En diciembre el "Durruti", o 5º CNT, era el batallón de Reserva de las Milicias anarco-sindicalistas de Euzkadi, con su cuartel en las Escuelas de las Cortes. El mismo mes la CNT de Euzkadi inició la organización de un
Batallón Internacional que agrupase a los "compañeros de todas las nacionalidades residentes en el Norte ". Se trataba así de imitar la iniciativa que impulsada en lo fundamental por el comunismo internacional había dado lugar a las Brigadas Internacionales que estaban actuando en esas fechas por los frentes de Madrid, Andalucía, y Teruel. El 5 de enero "CNT del Norte" informaba que estaban "muy adelantados los trabajos de su organización ". Sin embargo la iniciativa, pese a su atractivo, tendría un gran inconveniente para su realización práctica: La filiación marxista (socialista/ comunista) de buena parte de los voluntarios extranjeros presentes en el Norte, y en particular en Euzkadi. Buena parte ya estaban inte grados en otras unidades, y en muchos casos su carácter técnico les hacia imprescindibles para las fuerzas que los encuadraban. Pese a esto, el 7 de enero se inició el alistamiento de los voluntarios que integrarían la unidad. El día 12 la firma de uno de los alistados, Paul Duporto, servía de acicate para atraer nuevos componentes. Sin embargo, el batallón acabó siendo el de "Reserva" de la CNT, en sustitución del "Durruti" que pasó a ser unidad de primera línea.

El 4 de enero el "Malatesta" participó en el asalto a la prisión de El Carmelo, causando su acción cuatro víctimas entre los presos. No fue el batallón la unidad más destacada en aquellos trágicos sucesos desencadenas a causa de un bombardeo aéreo, pues los muertos superaron los doscientos, y se produjeron en su mayor parte en otros centros carcelarios y a manos de un batallón de la UGT. Sin embargo, un comunicado de prensa del "Malatesta" insistía, a los pocos días de los asaltos a las cárceles, en la necesidad de acabar con" los fascistas disfrazados y descubiertos que tranquilamente deambulan por Bilbao, dedicados tal vez al espionaje. Tendiendonos la red en que han de estrangularnos ". Se recordaba además los testimonios de la represión enemiga, que juzgaban más expeditiva que la propia apuntando que "constatamos la diferencia de conducta entre ellos y nosotros".

El año 37 fue aún más duro para las unidades de la CNT de Euzkadi. El primer batallón en entrar en combates de importancia, fue el "Isaac Puente", que a partir del 21 de febrero, y hasta entrado el mes siguiente, combatió en el frente asturiano, en el sector de San Claudio y en las operaciones conducentes a cortar el pasillo de terreno que unía Oviedo al resto de la España franquista. El batallón conquistó su objetivo principal, que hubo de abandonar al fracasar en su ataque otras unidades republicanas. Tras regresar de Asturias y pasar un breve descanso, el batallón intervino frente a la ofensiva enemiga en el frente de Barazar en los días inmediatos a la caída de Ochandiano. Esta vez su breve actuación no reportó muchas bajas, que se produjeron los días 6 y 8 abril. Más tarde, el18 abril sus 468 hombres se encontraban en Olacueta, donde realizaban ejercicios nocturnos de "prácticas de guarnición" por orden del coronel Vidal.

En marzo se había producido en Euzkadi una grave fricción de los anarquistas con el Gobierno Vasco, que a punto estuvo de provocar un conflicto armado abierto entre las unidades ácratas y las de las demás fuerzas vascas. La causa fue la imprenta comprada por los cenetistas para tirar su órgano "CNT del Norte", la misma había sido asignada con anterioridad a los comunistas, pero los anarquistas no estaban dispuestos a renunciar a una operación que daban por buena. Varios dirigentes cenetistas fueron detenidos y prontamente liberados, pero el hecho provocó la movilización de las unidades anarquistas. Así, el "Sacco y Vanzetti " , -en marzo estaba al mando Juan Rivera-, que se encontraba de descanso en Basauri cuando estalló la fricción, recibió la orden de pasar a posiciones de primera línea, pero Rivera optó por aguardar a ver en que paraba la controversia con ánimo de intervenir a favor de sus correligionarios. No pasó la cosa a mayores, y aunque Rivera fue posteriormente encausado por indisciplina, ninguna sanción efectiva se ejerció sobre él. Los batallones "Bakunin", "Malatesta", y "Durruti", llegaron a verse cercados en sus cuarteles, amenazando el comandante del primero con ordenar la retirada del frente de las dos compañías que tenía en posición, para así romper el cerco hecho a su acuartelamiento de Amurrio. Y el "Isaac Puente" llegó a marchar sobre Bilbao, tomando posiciones en Galdacano frente a dos batallones que venían a detenerle. Al final todo se solucionó sin llegar a mayores, pero este hecho se ha identificado como la causa del derrumbamiento del frente y del avance franquista. En realidad se trata de un error, al confundirse ese episodio de marzo con la pérdida de la posición de Udala a finales del siguiente mes de abril, pero, como veremos, la política nada tuvo que ver con la caída de dicha posición en manos enemigas.

Aparte del "Isaac Puente", el resto de los batallones de la CNT también entraron en acción en el mes de abril. Así alguna fuerza de la Reserva de la CNT, su sección de blindados, partió hacia el frente a principios de abril, combatiendo el día 5 en Barazar, donde tendría algunas bajas al ser destruido uno de sus blindados. El "Sacco y Vanzetti" sufrió con el "Celta" duros bombardeos en la zona de Udala los días 21 y 22, y esto, junto a la falta de enlace con las fuerzas adyacentes y el inexorable avance enemigo por Carrascain hacia Elorrio, amenazando con aislar el Udala, motivó la retirada de las unidades cenetistas, muy criticada pero a estas alturas justificada, ya que de haberse quedado en sus posiciones hubieran resultado capturados. Pocos días después, el 30 de abril, el "Sacco y Vanzetti participó en los desesperados contraataques a la cota 430 de Urrutxua, sufriendo muchas bajas, cifrándose las totales del mes en unas 200, incluido medio centenar de muertos. Por su parte el "Bakunin" acudió a principios de mes al frente de Barazar-Dima, donde participó en el contraataque del 13 de abril sobre Altun, junto a fuerzas de la Primera Brigada Expedicionaria de Asturias. Y tras sufrir duros bombardeos al día siguiente, pasó a la zona del Amboto, (Sector de Elorrio), para preparar un contraataque que fue suspendido, viéndcse el batallón afectado por la retirada general que siguió a la ruptura de las líneas cercana a Elorrio por el fuerte despliegue enemigo.

En mayo, las unidades anarquistas vascas destacaron en numerosos combates. Así, el "Bakunin" pasó al frente de Sollube, librando combates de gran intensidad entre los días 1 a 21 de mayo en el mismo, y en la zona de Jata-Gondramendi, más cercana a Munguía, eI batallón había relevado en el monte citado a las fuerzas del batallón asturiano 212, llamad "Mario" por su comandante y también de filiación confederal. Ese batallón había recuperad y defendido una de las cotas principales del Sollube que pasaba ahora a manos del1º de la CNT de Euzkadi. Este permaneció dos días y medio bajo el fuego de buques de la escuadra facciosa y de la aviación, y después -cuando los contrarios envolvían su posición tras la retirada de las unidades amigas situadas, a menor altura, en los flancos- hubo de emprender retirada sufriendo bastante por el fuego de los asaltantes que habían coronado su anterior posición. Los testimonios apuntan a que en su actuación en el Sollube quedó en cuadro el batallón.

El "Malatesta" pasó mayo entre Amorebieta y Múgica, combatiendo en las estribaciones del Bizcargui hasta el mes siguiente. Los demás batallones anarquistas lucharon en diferentes sectores. El "Isaac Puente" se batió en la primera mitad del mes por el Sollube y Larrauri, siendo después destinado a la zona de Dima. El "Sacco y Vanzetti" actuó en el citado Bizcargui, lo mismo que el "Celta". El "Durruti", que en abril combatió en Oqueta, lo hizo al siguiente mes en Dima, ante la renovada ofensiva enemiga en la zona, durante el tercer decenio de mayo. Por su parte el "Internacional" se limitó a actuar como unidad de "Reserva", mientras el "Manuel Andrés" fortificaba diferentes posiciones.

Junio fue igualmente duro para el "Sacco y Vanzetti". Roto el cinturón de hierro el batallón participó junto al "Celta" en los contraataques contra el Urcullu y el sector del cinturón cercano a Larrabezúa ya en poder del enemigo. Las bajas fueron crecidas, y en los días siguientes el batallón se situó en las alturas inmediatas a Bilbao, correspondientes al cordal a Santo Domingo. Allí se mantuvo hasta recibir la orden de retirada que cumplimentó pasando a La Peña por el puente de los Cantos, también llamado de la "Dinamita", batido ya por el enemigo que se había posesionado del Pagasarri. Llegado a Bilbao, los doscientos supervivientes del batallón fueron evacuados a la raya con Santander. Allí fue disuelto, pasando sus hombres al "Durruti".

El "Bakunin", cuando se rompió el cinturón de hierro y el rival invadía el valle de Asua y avanzaba hacia Archanda, permaneció en el Jatamendi. La retirada de la Quinta División, -a la que pertenecía desde el desdoblamiento de la Primera a mediados de mayo-, fue inevitable, y el batallón pasó al sector del cinturón de su división, en Urduliz, para luego ir a Arriaga, en Erandio, y, ya ocupado Archanda-Banderas por el contrario, retirarse a Bilbao de noche, siguiendo el corte de la ría. En Bilbao pasó a la margen izquierda por el puente del ayuntamiento, que estaba preparado para su voladura, y atravesando la Villa, que aparecía con numerosas fuerzas nacionalistas en esquinas y calles, fue al Cuartel y sede del mando de las Milicias Anarquistas en La Casilla, donde se habían concentrado otras unidades, algunos de cuyos hombres engrosaron las filas del "Bakunin". Al amanecer se cumplimentó la retirada por Arraiz, observando la ocupación del Pagasarri por los rebeldes, pasando luego a Ortuella y a Somorrostro, y atrincherándose delante de Ontón durante algo más de una semana. A principios de julio el batallón se había replegado a la zona de Ontón, y allí participó en el contraataque que por la zona de la costa lanzó el Cuerpo Vasco. El choque fue contra la Brigada mixta de Flechas Negras a la que se consiguió arrebatar una altura por sorpresa. Sin embargo, tras duros combates, el "Bakunin" hubo de replegarse bajo el más potente fuego de la unidad italo-española. Después pasó el batallón por las localidades de Otañes, Oreja, y Soto Iruz. En la última localidad asistió al derrumbamiento, en agosto, del frente santanderino

El "Malatesta", que a finales de mayo estaba en la zona de Lemona, recibió, mediado junio, la orden de pasar a la margen izquierda. Junto a las demás unidades de la Quinta división, se vio hostigado en las inmediaciones de la zona internacional, situada en Las ArenasAlgorta (Getxo). Un grupo de quintacolumnistas, salió con sus boinas rojas y armado a atacar a las fuerzas en retirada, ocupando el abandonado cuartel de Zugazarte que había pertenecido al Euzko Gudarostea. La reacción del comandante Escauriaza fue inmediata y ordenó a sus hombres acabar con la insurgencia. La acción que puso fin al hostigamiento se desarrolló principalmente ~ oía 16 de junio. En total 15 personas fueron muertas durante la operación, -"asesinadas" según la mayoría de las fuentes-, entre ellas la institutriz de nacionalidad británica Dions Bridie Boland. También se dinamitaron una fábrica de pistolas y dos casas con depósitos de municiones, se incendiaron todas las viviendas desde donde habían actuado, supuesta o realmente, los francotiradores. Probablemente la quema de la Iglesia de Las Mercedes tuvo que ver con el hecho de que su párroco era hermano del comandante Escauriaza, pero también es cierto que el campanario de la misma destacaba demasiado en el paisaje de Las Arenas, yeso la condenó en definitiva, dada la identificación que los libertarios atribuían a clero y fascismo, -y por tanto a instigadores de la presunta agresión a reprimir-, sin olvidar una tradición anticlerical de décadas.

Por su parte, en los cruciales combates por Bilbao de mediados de junio el "Manuel Andrés" estuvo acuartelado en las escuelas de Olaveaga. Tenía cerca de un millar de efectivos de los que la octava parte pertenecían a la compañía de fusileros. Estos últimos efectuaron servicios de vigilancia, y en la noche del día 17, junto con zapadores del batallón, subieron a Archanda siguiendo las vías del funicular. Allí algunos grupos consiguieron aproximarse hasta el campo de fútbol, mientras a derecha e izquierda seguía el duelo de granadas entre los batallones defensores de las alturas y los franquistas. Sin embargo, los hombres del "Manuel Andrés" recibieron la orden de retirarse, siendo trasladados a Alonsótegui, pasando después a Santander, donde desaparece a causa de la ofensiva franquista de agosto.

El "Malatesta" combatió en la citada acción de Ontón a principios de julio, siendo la unidad vasca más castigada y el último combate reseñable para el batallón. A finales del mismo mes, el "Celta", y el "Durruti", -que incluía los restos del "Sacco y Vanzetti"-, participaron, con graves perdidas, en los ataques al monte Kolitza, sobre Valmaseda. A partir de ahí se inició el principio del fin de los batallones anarquistas. Si al llegar a Santander desaparecían el "Sacco y Vanzetti" y el "Reserva", ante la necesidad de cubrir huecos en las mermadas filas anarquistas, la posterior campaña santanderina vería la desaparición de otros cinco batallones. Los "Bakunin", "Celta", y "Durruti", quedaron en la zona de Santoña, sumándose al Euzko Gudarostea nacionalista, y a unas pocas unidades izquierdistas más, al grueso de estas marchó a Santander tratando de cumplir las ordenes del ejército de retirada a Asturias-, con el objeto de que el "Pacto" nacionalista con los italianos les permitiera salir del Norte por vía marítima. Al final, todos acabaron como prisioneros de guerra, prontamente sometidos a juicio por los tribunales del adversario. El "Malatesta" y el "Manuel Andrés" cayeron por su parte en Santander capital. En cuanto al "Isaac Puente", que integraba desde julio a los supervivientes del "Zabalbide" de Izquierda Republicana, consiguió eludir la trampa santanderina al estar en la zona de Reinosa, encuadrado en la División Ibarrola. Tras combatir por e/ portillo de Suano, pasó a Asturias, donde destacó por su heroica defensa del Mazuco, y en el desastre final, muchos de sus hombres lograron salir por mar de Asturias para reintegrarse a la lucha de la España Republicana.

UNIDADES "OFICIALES": ¿UNIDADES REGULARES A CONTRASTAR CON LAS DE MILICIAS, Y CON LAS ANARQUISTAS EN PARTICULAR?
En apariencia, las que se denominaron unidades "oficiales" en el Cuerpo de Ejército Vasco, eran sobre el papel unidades "regulares" en el sentido de profesionalidad que conlleva el término. Es decir, eran unidades creadas y controladas por las autoridades militares profesionales que permanecían leales al régimen republicano. Sin embargo, dichas unidades estaban en su mayor parte mediatizadas por la realidad de unos partidos y sindicatos que dominaban las estructuras milicianas surgidas con la guerra. Y esto no podía ser de otra forma cuando hubo que construir ejércitos prácticamente de la nada. Algo que hoy por hoy es indiscutible en todo lo que se llamó Frente Norte, a pesar de que una línea historiográfica, la de los hermanos Salas, trató de presentar la situación militar de la República como halagüeña en todo el Cantábrico, desde Avilés hasta Irún.

A nada que profundicemos en la estructuración de las unidades "oficiales" vascas, descubrimos la diferenciación ideológica en las mismas. Y es así como el batallón "Disciplinario", el destinado a ser batallón de "castigo", -dispuesto para ejecutar trabajos de fortificación en los sectores de más peligro de los frentes-, de los gudaris y milicianos vascos, así como de prisioneros enemigos dispuestos a "purgar" sus culpas con dichas labores, era un batallón netamente izquierdista en cuanto a los individuos encargados de la vigilancia y control de presos, y de combatir como fusileros en combate. El jefe, Amos Ruiz, era un antiguo militante socialista, aunque los cenetistas eran los más numerosos entre sus hombres. Lo mismo podemos decir del batallón nº 72 de "Morteros de Euzkadi", con mayoría socialista-ugetista entre sus filas, y nacido con el fin de nivelar la distribución de los morteros entre las fuerzas nacionalistas vascas y las no nacionalistas. En cierto modo, podría apuntarse que trataba de "contrarrestar" la anterior hegemonía nacionalista establecida a través del batallón nº 62 "Irrintzi". Y el caso contrario hay que señalar en la creación del tercer regimiento de Artillería Ligera. Las palabras de Casiano Gerricaechevarria, referidas a/ inicio de abril de 1937, son concluyentes a ese respecto:

"Por aquellos primeros días de ofensiva, llegó un barco que traía entre otras cosas, 30 cañones de 75 mm. de campaña italianos Krupp-Ansaldo, me manifestaron que querían organizar otro regimiento de artillería, y me decían que el de San Sebastián había caído en manos de unos sargentos y de un comité marxista-sindicalista, que mangoneaba, según les constaba, (...), y que había de formar otro regimiento con este material llegado, que lo mano daría el comandante Losada, con personal que no fuera rojo».

En definitiva, las unidades "oficiales" estuvieron tan "politizadas" como las de "Milicias", siendo en realidad unas "falsas" unidades regulares, que si quedaron con la denominación de "oficiales" fue más por la necesidad de que ciertos servicios técnicos, como artillería, morteros, carros de combate, estuviesen nominalmente en manos de algunos de los escasos jefes militares profesionales con que contó el Cuerpo de Ejército Vasco. Sería inútil extendernos en los historiales de cada una de estas unidades, dado que las fichas del apéndice dan sobradamente los datos reseñables, pero esta claro que no fueron el embrión de un verdadero ejército. El contraste de los batallones de infantería "oficiales" de la Brigada de Montaña de Euzkadi con los de los pretendidamente ineficaces anarquistas, no puede ser más bochornoso para los primeros. Se desperdiciaron recursos humanos y materiales en una brigada que no sirvió para nada, mientras batallones como los cenetistas demostraban el sobrado espíritu de lucha que imbuía a un ejército de voluntarios y de reclutas provenientes en su mayor parte del politizado proletariado industrial y del artesanado de oficio.

CONCLUSIONES
En la Guerra de Euskadi los anarquistas ofrecieron la paradoja de lo que partidarios o detractores esperaban de ellos. Fueron capaces de vertebrar 8 batallones en base a las Milicias Antifascistas de la CNT, pero a nivel interno chocaron con las contradicciones de imponer una disciplina, una autoridad, a quienes se consideraban libres e iguales, y de forma externa, sus objetivos políticos les llevaron a chocar con el Ejecutivo vasco, provocando una crisis política que estuvo a punto de concluir en enfrentamiento armado con las otras fuerzas del Ejército de Euzkadi. También protagonizaron, en nombre de la revolución o de forma irracional, actos de violencia reprobados por sus circunstanciales aliados del bando leal, especialmente por los nacionalistas vascos, desde los "paseos" a las ejecuciones masivas de partidarios de los rebeldes, pasando por las destrucciones de carácter anticlerical, y por practicar en ocasiones una política de «tierra quemada» en algunas poblaciones antes de la entrada del adversario, caso por ejemplo de Irún.

En los frentes se ha destacado muchas veces una indisciplina innata que ha servido para presentar a sus unidades como ineficaces, incapaces de destacar frente al enemigo y capaces de las mayores tropelías en la retaguardia, algo que responde más a un tópico que a una realidad continuada. El caso del batallón «Malatesta» es paradigmático, sus hombres participaron en los salvajes asaltos a las cárceles el 4 de enero de 1937, y en junio de ese mismo año aniquilaron a la quinta columna de Las Arenas entre escenas terribles de muerte y destrucción. Sin embargo, esos mismos hombres destacaron durante su estancia en el frente asturiano en noviembre de 1936, y en acciones como la efectuada al sur de Gernika el 29 de abril del 37, o el feroz combate sobre la Peña Amarilla de Ontón el 3 de julio de ese año.

En definitiva, y como conclusiones finales, debemos señalar que la oposición ácrata a toda autoridad no chocó con la necesidad de encuadrar un ejército frente a los alzados, muy al contrario, se adaptó a dicha necesidad de crear un cuerpo coercitivo. Por otro lado, las unidades milicianas anarquistas dieron muestra de las virtudes y los fallos propios en toda estructurada miliciana, como el improvisado cuerpo armado que es. Las Milicias anarquistas de Euzkadi, no fueron en combate ni mejores ni peores que las de las demás fuerzas político-sindicales presentes en el bando gubernamental, y si fueron en ocasiones más brutales que otras, en cuanto a su conducta en los frentes y retaguardia, fue por una cultura específica de la violencia que impregnaba al anarquismo vasco, al igual que al del resto del Estado, desde sus orígenes fundacionales. Con respecto a si fueron una opción "revolucionaria" en la Euzkadi autónoma, diremos que lo fueron en sus principios ideológicos, pero nunca trataron de Ilevarlos a la práctica, -a pesar de los incidentes reseñados-, probablemente por la consciencia de su impotencia numérica frente a sus aliados del campo pro-republicano.


* Fuentes: Francisco Vargas Alonso,revista Vasconia, cuadernos de geografia e historia de Eusko Ikaskuntza.

-Anarquismo y milicias de la CNT en Euzkadi/ Vargas Alonso, Francisco Manuel
Vasconia : cuadernos de historia-geografía, 24 (1996)
p. [259]-299.

Estimados amigos,

La próxima semana en la Asociación Sancho de Beurko sacaremos nuestra segunda monografía, en esta ocasión un libro que lleva por título: <>. A modo de introduccción, nunca mejor dicho, os envío la introducción del libro. Esperando que estas breves líneas sean de vuestro agrado y os animen a leer nuestro trabajo sobre los disciplinarios vascos, se despide vuestro amigo,
Guillermo Tabernilla.

Una de las entrevistas, quizás la primera de todas ellas, que hicimos con vistas a la preparación de la que sería la primera monografía de esta serie, titulada Saibigain el monte de la sangre, tuvo por protagonista a Amós Ruiz Girón. En aquella residencia de Tolosa donde, frisando los 98 años, vivía rodeado de de sus recuerdos y papeles, encontramos a un hombre que nos refería datos absolutamente desconocidos sobre la pasada guerra civil, aunque, como nuestro objetivo eran los hechos aecidos en el monte Saibigain, no prestamos mucha atención a todo lo que se salía de aquel contexto, y bien que lo lamentamos, pues nuestro interlocutor, que falleció poco después, se llevó a la tumba una información valiosísima que ahora se nos antoja irrecuperable.

Veterano de la guerra de África, de donde regresó con la graduación de sargento, aquel inquieto y espigado muchacho que un día emigró hasta San Sebastián desde su pueblo de Osa de la Vega (Cuenca) a finales de la década de los veinte, para hacerse empleado municipal de la capital donostiarra, se convirtió con los años en un protagonista de excepción
de aquellos movidos años treinta. Aficionado a la montaña -no en vano fue un relevante socio de la federación guipuzcoana de montaña- y a la caza, comprometido políticamente con el partido socialista y, porque no decirlo, un tanto ambicioso, se hizo con la plaza por oposición de la jefatura de la policía municipal de Eibar, donde trabó amistad con el influyente líder socialista Juan De los Toyos. Inmerso en la vorágine del conflicto -fue el primero en gritar "¡A las armas!" en Eibar el día 18 de julio de 1936- se puso con valentía y decisión a defender la legalidad republicana, participando en no pocos de los combates que hubo en
Guipúzcoa.

En los enfrentamientos habidos en San Sebastián con las tropas
sublevadas del coronel Vallespín destacó un peluquero anarquista llamado Elíseo Pancorbo. Veterano de la legión, en cuyas filas había participado en la campaña africana, tenía tras de si todo un historial de acciones clandestinas en la capital donostiarra que le habían aupado a una situación de liderazgo entre los anarquistas guipuzcoanos. Cuenta Juan Mª del Valle, que le conoció en aquellos años anteriores a la contienda, que guardaba en los armarios de la peluquería las armas y explosivos que después utilizaba contra el <>. Su fuerte carácter, no exento de ciertas dosis de teatralidad, como diría su compañero Manuel Chiapuso, le iba a granjear en pocos meses, quizás por verse reflejado en él, la confianza de Ruiz Girón. A modo de muestra de la personalidad de Pancorbo, el siguiente relato que de él hace Chiapuso en su libto <>, refiriéndose a su actuación en la capital
guipuzcoana:

"Poco después llegó Pancoro con otro grupo, ya sabes que nuestro compañero es bastante teatral. Echando una mirada al reloj de pulsera, dirigiéndose a Seijas:
-Te doy dos minutos para que declares donde tenéis las armas. Y le plantó la pistola en la sien. A medida que la aguja corría la lividez de SEijas tomaba caracteres trágicos. Pasados los minutos, Pancorbo bajó la pistola mientras decía despreciativo:
-Una bala es cara para los tontos.
En esto llamó el teléfono. La atmósfera dramática de la habitación pareció congelarse. Todos miraban como sonaba el timbre. Unos por miedo de que de manera intempestiva un rebelde hablase más de lo conveniente. Otros por sacar ventaja de la situación. Pancorbo se plantó delante del
teléfono y apuntándole con la pistola a uno de los rebeldes le conminó:
-Contesta únicamente ¿Qué hay?, como si no pasara nada.
Pancorbo cogió el auricular y escuchó lo que anunciaban los otros rebeldes [...] El joven se despidió con voz desfallecida. Así se supo otro rincón escondite que valió otra redada"


Sin embargo, las simpatías de Amós Ruiz con los anarquistas
guipuzcoanoa eran de naturaleza mucho más profunda, pues se iba a rodear de ellos para constituir el embrión del Disciplinario: Valentín Lascurain, Eduardo Liquiniano, Antxon Vivar y, sobre todo, José Del Valle. Este joven de ascendencia portuguesa, líder de las Juventudes Libertarias, a quien la sublevación sorprendió haciendo el servicio militar en Pamplona, salió al frente con las primeras columnas navarras y, tras aprovechar un momento de descuido de sus mandos, se pasó a la zona gubernamental con armamento y equipo de campaña, presentándose de esta guisa en la capital donostiarra. Corpulento y de baja estatura -se
le conocía con el apodo de chiquilín- pronto se ganó el aprecio del comandante Ruiz Girón, que le nombró capitán y le puso al cargo del Disciplinario mientras se reponía de las heridas recibidas en Elgueta en octubre de 1936.

El Disciplinario, que empezó como batallón y terminaría siendo un cuerpo de más de 1000 hombres, era como un crisol en el que se fundieron, de modo más que forzado, todas las tendencias políticas vascas y reflejó, mejor que cualquier otra unidad del Ejército de Euzkadi, la realidad de su difícil maridaje. En las páginas siguientes asistiremos al nacimiento de esta gran unidad desde un lejano día de noviembre de 1936 en el que Joseba Rezola, haciéndose eco de la preocupación de los nacionalistas vascos por el Orden Público, encargó a Amós Ruiz la organización de un batallón de castigo específicamente vasco. Veremos también, como esa idea fue cobrando forma en poco tiempo y como, gracias a su flexibilidad, sirvió de auténtico cajón de sastre en el que todo el mundo cabía: delincuentes comunes, desafectos al régimen, prisioneros de guerra y milicianos arrestados. Asistiremos a su conversión en fuerza de choque, a sus luchas intestinas, y a su final en Asturias con los restos del Ejército del Norte.Además, por si esto no fuera suficiente, el devenir del Disciplinario nos permitirá documentar, desde un punto de vista inédito hasta ahora,
algunos de los acontecimientos más decisivos y trascendentes de la guerra civil en Euzkadi, entre los que destacan las negociaciones del PNV con los italianos en los días previos a la caida de Bilbao y su posterior desenlace en Santoña. De la mano de sus protagonistas también asistiremos al desgraciado periplo de los vascos en Santander, jalonado por sus miserias y grandezas.

Aquellos tristes días de guerra forjaron el espíritu de una joven tolosarra llamada Cecilia García de Guilarte. Siendo periodista de CNT NORTE, no le fue difícil entrar en el cuartel del Disciplinario, donde inició una relación con Amós Ruiz que duraría muchos años. Después recorrió todo el Norte gubernamental, primero como corresponsal de guerra y más tarde siguiendo a su marido. Su fina pluma, que reflejaba una exquisita sensibilidad, nos dejó un buen numero de artículos que fueron redactados mientras compartía su tiempo con los disciplinarios en los frentes de combate, convirtiéndose en su mayor adalid. De haber existido, cual era costumbre arraigada en el campo rebelde, una madrina de guerra en el Cuerpo Disciplinario, tal honor hubiera caido sin duda en la persona de Cecilia García de Guilarte. El tiempo se encargaría de demostrar todo el potencial de esta joven, que acabaría siendo una afamada novelista.
En un sentido más prático, el lector hallará que, al igual que en nuestro primer libro, en este se ha respetado en lo posible la grafía que aparece en los documentos de la época y, por extensión, la forma en que cada cual escribía su nombre propio. También hemos pretendido que la lectura sea amena, sin renunciar al rigor que el asunto merece, en un afán por divulgar estas páginas de la historia de nuestro pueblo.

Por lo demás, esta investigación se topó con menos dificultades que las precedentes, lo que no deja de ser un síntoma de que se va asentando este proyecto historiográfico que comenzó hace seis años. De ello nos
congratulamos>>.

Angiolillo


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Lakabe


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Félix Padín


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Joaquín Lucarini

Una exposición recuerda el centenario del escultor Joaquín Lucarini



El 15 de junio de 1905 nacía en Fontecha (Álava) Joaquín Lucarini, un escultor que no goza del reconocimiento de la crítica de arte, pero cuyas obras están en la memoria de los ciudadanos de Vitoria, Bilbao, San Sebastián o Pamplona. El Museo de Bellas Artes de Álava inauguró ayer para conmemorarlo una exposición que recuerda algunos detalles más íntimos y menos conocidos de la creación de este hijo y padre de escultores, originarios de Carrara (Italia).
Lucarini, fallecido en Burgos en 1969, fue testigo crítico de su siglo, como muestra en algunos, escasísimos, apuntes sobre los conflictos violentos que recorrieron el XX. Pero, sobre todo, fue un artista que bebió de la tradición clásica y los apuntes de la vanguardia, siempre con una depurada técnica en el dibujo y la escultura. Y puso sus capacidades, marcadas por el clasicismo, al servicio del cliente en un momento en que la obra monumental en su zona de trabajo contaba con una abundante competencia.
Los Lucarini llegaron a Bilbao desde Carrara a finales del XIX. Expertos trabajadores de la piedra, entre ellos también destacaban los buenos escultores, como Ángel, el padre del ahora recordado, quien participó en las obras de la catedral nueva de Vitoria. Esta vinculación con la capital alavesa será clave en la formación del joven Lucarini. Aunque estudia en la Escuela de Artes y Oficios de Bilbao, la ampliación de su formación en Bélgica e Italia la consiguió gracias a las becas de la Diputación de Álava.
Su voluntad escultórica se muestra desde muy joven: con apenas 23 años ya se presentó en una exposición individual en el Ateneo de Bilbao. La fama se hizo presente y, en breve, comenzaron a llegar los encargos. De 1932 es una de las joyas de la exposición, El lanzador, realizado por encargo del Club Deportivo de la capital vizcaina, en el que se observa esa pasión clásica imbuida de las nuevas corrientes expresionistas.
Ésta es una de las obras que prefieren sus hijos, Leonardo y Miguel Ángel, presentes ayer en la inauguración de la muestra. Leonardo Lucarini, que también practica la escultura en su retiro de Mahón (Menorca) reconoció el saber técnico de su padre, capaz de trabajar los relieves "con una expresividad increíble". Por ejemplo, en el que acaba de adquirir a la familia el Museo de Bellas Artes de Álava, titulado Maternidad, que transmite una "serenidad insuperable, a pesar de no tener más de dos centímetros de altura", comentó ayer.
Esta expresividad en el relieve la conocen bien los que han visitado el sanatorio de Leza (Álava), una de las obras emblemáticas de la arquitectura contemporánea vasca, obra de Pablo Zabalo, de 1930. Aquí, el escultor realizó unos relieves con Elcano, Cervantes, Samaniego y Trueba como protagonistas que demuestran cómo La maternidad no es ninguna desviación vanguardista para disfrute privado.
Expresividad La exposición, abierta hasta el próximo 18 de septiembre, muestra todas las deudas expresivas de Lucarini, entre las que no faltan el art-decó o el futurismo, quizás por sus comunes orígenes italianos. En este ámbito más vanguardista, hay que destacar La victoria de la música, una gran escultura, hoy desaparecida, de la que sólo se conserva la fotografía de Lucarini, a sus pies, que permite apreciar la capacidad expresiva del escultor.
También atendió a su ascendencia materna vasca, procedente de su madre Casilda Macazaga. Lucarini es un escultor que nació y trabó en Euskadi, como muestran buena parte de sus esculturas de la República. También es reconocida su filiación anarquista que, seguro, llegó con su familia desde Carrara, cuyas canteras son un reconocido enclave libertario desde el XIX. Mas la entrada de los sublevados en Bilbao acabó tanto con sus intenciones vanguardistas en la política como en el arte.
Desde aquí, su obra se debió al dudoso gusto de los vencedores, pero su capacidad expresiva no decayó, como demuestran sus obras más populares -el monumento a la Sardinera de Santurtzi-, más épicas -la estatua a Sancho el Sabio de San Sebastián- o quizá la más conocida, por su ubicación: el tigre que corona un edificio industrial en Deusto (Bilbao) reconvertido en viviendas, realizado en 1943, y que permite alguna doble lectura acerca de las intenciones de Lucarini.
Extraído de El Pais 16 junio 2005

Aportación de Miguel (Ermua)

Libertario vasco



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Gazte Libertarioen Euskadin



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La vida en Euskadi en octubre de 1936

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